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talayuela golf

Adaptarse al ritmo de juego de los demás

Cuentan que la lentitud de cuatro jugadores había hecho retrasar la partida hasta incluso ocho horas.
Al acabarse ésta algunos golfistas se dirigieron sin contemplaciones a los cuatro lentos para tener unas palabras con ellos.
El director del campo, al comprobar que la cosa podía pasar a mayores, se puso en medio y les dijo: «¿pero dónde váis, es que no os habéis dado cuenta de que son ciegos?».
Ante tan duro comentario, la reacción de tres de los cuatro que iban con cara de pocos amigos, fue inmediata, uno dijo que les pagaría el green fee, otro la tarjeta, otro los refrescos, pero nada dijo el cuarto.
El director, viendo que éste no daba marcha atrás, volvió a preguntarle: «¿Y usted, no va a ofrecerles nada más?», «¡y un jamón!, ¡si de verdad son ciegos que jueguen por la noche!», contestó el acérrimo golfista ante el asombro del resto.

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